La gran curandera, la gran chamana… la música.
Aún para quienes pierden la fe y entran en desazón y desesperanza en algún momento de sus vidas, no van a escapar del mágico poder que los sonidos producen hasta en nuestro espacio más íntimo.
Escribí hace un tiempo sobre resolver problemas de falta de concentración en el piano, y las primeras palabras son estas: “Especialmente en estos momentos de gran cambio y transformación, cuando posiblemente experimentamos desazón y un fuerte sentimiento de pérdida de objetivos y proyectos personales, este es el mejor tiempo para activar nuestras cualidades de atención, foco y concentración, y la música, entre otros regalos del universo, nos ofrece esta posibilidad".