Cuando comenzamos a estudiar formalmente un instrumento como es el piano, en nuestro caso, el primer paso que aprendemos será colocar y adaptar físicamente, y naturalmente, nuestro cuerpo, manos y dedos… esto si tenemos un maestro comprometido y responsable; es lo primero que debemos observar.
Este aspecto es esencial, pues con una correcta colocación postural podremos desarrollar un trabajo fluido y exitoso, cada vez más apto y mejor preparado para desarrollar las destrezas que necesitamos cuando vamos avanzando en nuestros estudios.
La técnica pianística es muy diversa y amplia, pues hoy en día tenemos a nuestra disposición un gran legado de escuelas que han conservado y depurado las técnicas específicas de lo que conocemos como nuestro mecanismo de articulación, y el tratamiento interpretativo y sonoro de las obras que se escribieron en los distintos periodos de la historia, y que todavía son parte fundamental de nuestra formación como músicos y ejecutantes.
Ahora bien, nos preguntamos ¿dónde se unen, y qué relación existe entre la historia y nuestra biografía, entre la biografía del compositor que estamos trabajando y nuestra leyenda personal, entre la leyenda personal que originó esta obra y nuestras memorias?
¿Y si somos compositores, qué material contiene nuestro archivo de memorias, que nos permite generar ese contenido de ideas melódicas y armónicas?
Es por esto que nunca debemos desechar la huella que deja impresa la historia de la música y sus grandes compositores y ejecutantes, pues nosotros hoy en día somos sus herederos, y tenemos la oportunidad de estudiar y poner en práctica todo ese bagaje, y cuestionarlo, sí! ¿Por qué no?
Pero nunca desecharlo por obsoleto porque debido a este esta “vasta biblioteca”, nos sentamos en el piano y continuamos el trabajo; si es en la enseñanza, o en la composición, o en la producción musical, o como solistas… la música nos sigue dando la oportunidad de aprender que hay muchos espacios desconocidos a los que podemos acceder.
Y sip; estudiar un instrumento es estudiar sus fundamentos, la técnica que nos pide adquirir, y la historia que lo trae hasta hoy y hasta nuestras manos.
La relación que guardamos con todo esto no es aleatoria; por alguna razón nos atrae y decidimos seguir este camino… quizás ya pasamos por él alguna vez…
Sigamos este viaje y no olvidemos nuestra historia…