Esta parte de la enseñanza en el aprendizaje del piano es una de las más complejas que tratamos, pues no todos somos iguales, las necesidades del propietario de cada par de manos, su estado de ánimo, sus anhelos, sus sueños, sus gustos, sus miedos, son únicos, tanto como ese par de manos con que contamos para moldearlas y ponerlas “a tocar”.
No podemos planificar un programa pensando fría y matemáticamente para todos nuestros estudiantes; nuestra responsabilidad es observar, escuchar, intuir, para ir más allá de lo que percibimos en el otro, y así poder acercarnos a sus verdaderas necesidades.