Durante años se ha pensado que los estudios de un instrumento musical son un adorno, sobre todo para las mujeres, (tema álgido, ya lo sé y no voy a abrir esa caja de pandora en esta oportunidad), o un complemento de alguna profesión universitaria, seria y “formal”, como la ingeniería, los estudios jurídicos, la psicología…
En fin, por muchas décadas se ha considerado que vivir de la música no es suficiente, o que quienes nos dedicamos a ella somos algo así como… “hippies”, o mejor vistos como quienes no tenemos los pies sobre la tierra… como quienes vivimos en el planeta de al lado?
Lo cierto es que en estos momentos tan cambiantes e impredecibles, todas las artes y oficios que llamamos creativos, generadores de contenido y conectores a través de la información que se comparte, juegan un papel esencial en nuestras comunidades, pues, queramos o no, nos van llevando de la mano poco a poco para salir de nuestras zonas conocidas, para descubrir nuevas formas de considerar todo lo que ahora nos rodea y darnos cuenta de que lo que antes era sólido y firme, ya no lo es.
En estos últimos años hemos ido conociendo la visión, las destrezas, habilidades, el trabajo y el mundo particular de quienes comunican su oficio creativo a los demás. Se trata de una gran puerta que se abrió gracias a la web para poder sumar y aprender mucho sobre aquello que nunca imaginamos posible.
Es por esto que, accediendo a las posibilidades que tenemos a la mano y sin invertir tanto esfuerzo, todo nos está diciendo claramente que nos encontramos en la posición de buscar y encontrar, y para esto la zona de confort en la que nos hemos refugiado quizás durante años, ya no nos funciona. Sólo saliendo de ella podremos encontrar lo que realmente deseamos saber, aprender.
Uno de los oficios donde precisamente inciden estos factores es en el de la música. Si buscamos una obra en particular, un compositor o un intérprete determinado, lo encontramos casi por arte de magia, en la mayoría de los casos. Asi mismo, cuando deseamos estudiar algún instrumento musical, sólo tenemos que buscar la información.
Sin embargo, cuando damos el paso decisivo para comenzar, o continuar con los estudios musicales, a corto plazo conoceremos las piedras en el camino, o los trayectos cuesta arriba. ¿Por qué?
Pues en verdad la música nos demanda estudio, reorganizar nuestro cotidiano, redibujar nuestro imaginario para adaptarnos a sus requerimientos que son numerosos, abrir un tiempo y un espacio para trabajar nuestro instrumento, todos los días y no un día sí y el siguiente no porque tengo que hacer…..
Lo que no sabemos es que si vamos a estudiar piano, por ejemplo, nuestro cuerpo y mente pronto se encontrarán en un planeta diferente, con otras formas de pensar, otras formas de colocar nuestro esqueleto?, por supuesto!; así como otras formas de articular los dedos, y muy probablemente sentiremos molestias y dolores si no lo aprendemos a hacer en forma correcta… nos daremos cuenta a muy corto plazo.
Y este nuevo aprendizaje nos invita a salir de lo que ya habíamos dado por sentado. Imaginábamos que iba a ser muy sencillo, rápido, y probablemente no iba a comprometer nuestros horarios habituales… frase trillada: nada más lejos de la verdad.
No queremos hacer ver que estudiar piano implica una tortura china, de ninguna manera. Pero si nos sinceramos explicando que tomar la decisión de emprender este camino, nos transformará en seres distintos; más disciplinados y consecuentes, buscadores, profundos, y totalmente abiertos a todos los cambios… cómodos o nop.
Sigamos este viaje entonces…