Pensemos en nuestra novela favorita, y si tiene muchos capítulos los concentramos sólo en tres ok?
Generalmente comenzamos a leer los agradecimientos, el prefacio y el índice, para navegar en todo el contexto y meternos en la trama.
Sin embargo, bien podemos comenzar por el final, por el último capítulo, para verificar si es feliz o no, si los protagonistas quedan juntos o uno de ellos muere… yo lo hago siempre; no me gustan los finales trágicos ni las separaciones… quedo desolada.
La costumbre nos dice que al comenzar a estudiar una sonata lo hagamos desde el primer movimiento, a partir del primer capítulo de la “novela”.
No iremos al paredón si lo iniciamos en el segundo o el tercero. Nadie lo sabrá.
Si el primer movimiento es denso, pesado, y no nos alineamos con él por nuestro estado de ánimo que probablemente puede no estar bien dispuesto para ese momento, tarde o temprano lo abandonaremos, a menos que tengamos que presentarlo en un examen o un recital.
Ahora bien, muchas veces estas obras se quedan congeladas en un movimiento; aprendemos una de las dos o tres partes que lo conforman, y hasta ahí lo llevamos.
Luego pasamos o a otra sonata y hacemos lo mismo, y al final del camino somos nosotros quienes quedamos incompletos pues estas obras, estas novelas, son atemporales y por ello pasarán de generación en generación; serán piezas únicas, se bastan a sí mismas, desde su exposición en el primer movimiento, hasta su coda final en el último, por lo cual, si abandonamos esta “puesta en escena” nos perderemos el final de la historia, el desenlace de esta intensa actividad armónica y melódica, y al cabo de un tiempo esta falla se hará sentir en el resto de nuestros estudios del instrumento.
Estos vacíos o fallas harán mella en la comprensión de las obras que iremos abordando después; nos faltará el sentido de unidad, de bloque, y el lenguaje cíclico de la música se convertirá en un cuesta arriba.
Es preocupante saber que en muchos casos sólo se estudia un movimiento, y en el tiempo esto produce un resultado fallido y tal vez poco alentador para continuar los estudios musicales, mas no es imposible… sólo tomará más tiempo.
La trayectoria de este camino que se comenzó una vez estará llena de baches, de piedras que pueden convertirse en rocas, y es entonces cuando se debe volver atrás para terminar de “leer los capítulos faltantes”…
¿No es mejor terminar lo que se comenzó?
Siempre podemos esperar un final fantástico y feliz en nuestras novelas favoritas, y para eso debemos leerlas de principio a fin, recorriendo todos los altos y bajos que ocurren a través, en el segundo capítulo, en el tercero, en el segundo movimiento, en el tercero.
De esta manera, para nuestra próxima vez, para nuestra próxima sonata, estaremos mejor preparados para abordar este material que tanto nos hace crecer como músicos e instrumentistas…
Pasemos por encima del “no puedo o no lo necesito” y lleguemos al final.
Continuemos este viaje mucho más completos y sabios…
Pasemos por encima del “no puedo o no lo necesito” y lleguemos al final.
Continuemos este viaje mucho más completos y sabios…