Esto no es una tradición en los estudios formales de un instrumento pues siempre se trabaja cada programa durante un año. Probablemente continuamos rompiendo las reglas…
Hace muchos años nos vimos en la necesidad de hacerlo, pues nos llegaban muchos estudiantes con programas dispersos, es decir, con obras cuyos niveles de dificultad correspondían a años distintos, sumando a esto la falta de estudios complementarios que reforzaban estas obras, y estudios técnicos preparatorios para abordarlas con una buena y sana base.
Decidimos entonces, redibujar todo el mapa de programas de piano y establecer pausas, periodos de tiempo intercalados entre los años formales de estudio a modo de nivelación, en los que comenzamos a cubrir estos vacíos, y de esta manera llegamos a establecer la posibilidad de lograr un programa completo en lapsos de 6 meses.
No; no es descabellado. Sólo debemos investigar a fondo y colocar sobre la mesa los programas formales del instrumento con todas sus variantes, es decir, con todas las modificaciones que siguen las escuelas pianísticas, y sobre esta base elaboramos un plan muy preciso y coherente de cada programa, para implementarlo en nuestra cátedra cada día, semana y mes, con el propósito de lograr que nuestros estudiantes adquieran las destrezas adecuadas y el conocimiento que necesitan para avanzar sin tropiezos y progresivamente en sus estudios.
De acuerdo a este plan establecemos igualmente un tiempo requerido de estudio diario y estructurado de acuerdo a las posibilidades de cada quien, y observamos que una hora de trabajo funciona bastante bien, dependiendo del contenido del programa que tengamos entre manos.
A ese tiempo añadimos un espacio que debemos crear para que la calidad del trabajo sea eficiente y fluida, y este espacio siempre estará dentro de nosotros y a la espera para que una vez que tomemos la decisión de sentarnos a estudiar, aparezca cuando logremos conectar con él.
Se trata de un área en la que aprendemos a desechar nuestros pensamientos involuntarios, y poco a poco daremos forma adecuada para crear ese momento de en el que sólo existimos dos: el piano y nosotros, por lo que tarde o temprano se hará sentir, y reclamará más y más tiempo.
Dividimos entonces los estudios de piano desde la iniciación hasta el 3er nivel, periodo en el cual ya se adquiere el conocimiento básico del instrumento, comienzan a desarrollarse las destrezas sobre el mecanismo de articulación y calibrar el peso de manos y dedos, así como una correcta colocación postural y una respiración consciente, imprescindible para evitar males posteriores.
Asi mismo, logramos un primer contacto con lo que es la base de la lectura en pentagramas, comprender la dinámica de las sonoridades, y las técnicas básicas para memorizar obras y programas completos.
El nivel intermedio queda establecido entre el 4to y el 6to año, y el que le sigue será el 7mo y el 8vo.
En ellos se define el mecanismo de articulación para cada par de manos y se prepara al estudiante para abordar obras de mayor magnitud. Igualmente se perfecciona todo lo que es el proceso interpretativo y la comprensión musical de cada periodo (barroco, clasicismo, etc).
Aquí se abordan obras de mayor extensión y complejidad, siempre dentro de una secuencia lógica, coherente, y de acuerdo a las necesidades que debe desarrollar cada estudiante.
Los últimos años, 9no y 10mo, representan una “mudanza”, por decirlo de alguna manera.
Cuando llegamos a estos niveles, tenemos en dedos las destrezas suficientes como para acceder a obras que nos van a pedir una entrega y un trabajo profundo y bien detallado en cuanto a la estructura de cada una, su trascendencia para la época en que fue escrita, y la transformación que producirá en cada ejecutante; siempre la música deja huellas importantes en nosotros, y cuando las estudiamos operamos un cambio progresivo, una evolución.
Para estos momentos, los espacios y tiempos que al principio parecían absurdos, ahora son el pan de cada día porque los necesitamos para digerir y llegar a la columna vertebral de lo que estamos trabajando.
Probablemente tendremos que leer la biografía de algún compositor, las costumbres de la época y la idiosincracia o cultura del país en el que vivieron, los eventos políticos y sociales que sucedían en ese entonces.
No solamente se trata de estudiar un instrumento sino de un rito de pasaje, pues cuando logramos completar nuestros estudios, caeremos en cuenta que nos hemos convertido en seres totalmente distintos y mejores.
Sigamos este maravilloso viaje…