Cuando decidimos comenzar a estudiar piano y buscamos información, nos encontramos con que hay una ilimitada variedad de métodos, escuelas, tendencias, tutoriales en YouTube.
Sin embargo, hay aspectos fundamentales en este aprendizaje que no debemos pasar por alto, pues en ese caso llegaremos a “un techo” y de allí no pasaremos.
¿Cuáles son estos puntos clave que debemos comprender desde un primer momento, y evitar?
No. Ni es fácil ni se aprende rápido.
Adquirir destrezas para tocar un instrumento requiere de un estudio diario, continuado y progresivo, en el que además se necesita una parte teórica explicada muy exacta y clara, para ponerla en práctica a través de la lectura de las obras que vamos trabajando en el piano.
Y si bien es cierto que puede aprenderse de oídas, el proceso igualmente toma su tiempo y siempre requerirá de un estudio organizado y diario, y llegará a un techo, a un tope; no pasará de un nivel medio, a menos que se tenga una disciplina de hierro.
Si no se adquiere el hábito de trabajar todos los días en nuestro instrumento, el aprendizaje se hará infinitamente lento y pesado, y las destrezas que necesitamos adquirir para avanzar no llegarán en el tiempo esperado.
El mínimo tiempo aproximado de estudio en el día hasta un nivel de 4to año de piano es de 1 hora, que puede extenderse según el contenido del programa que tenemos asignado.
Esa hora diaria se organiza para que progresivamente se vaya avanzando y se cumpla con la meta prevista.
La teoría de la música existe por muchas razones; son las matemáticas, la columna vertebral de cualquier instrumento.
Si creemos que no es necesaria, es como lanzarnos a un precipicio sin fondo, así no más. Y ya sabemos cómo “aterrizaremos”.
You Tube; nos resulta mucho más fácil y gratis.
Aquí se presenta un problema que tendrá repercusiones a mediano y largo plazo.
Hay tutoriales muy buenos, excelentes, claro que sí, pero el problema del aprendizaje de un instrumento y la teoría que le sirve de base, es que deben seguir una secuencia lógica y bien concatenada de conceptos que se conectan unos a otros; se trata de eso que llamamos método cartesiano de pensamiento: primero A, seguido de B, C, D, y así sucesivamente.
Si aprendemos aisladamente y por videos esporádicos, los principios básicos de la teoría de la música y la técnica o el repertorio de un instrumento, se hará muy cuesta arriba continuarlo en un momento dado, y lamentablemente se tendrá que regresar al principio para organizar estos conceptos y comprender la secuencia lógica que los originan.
Lo mismo ocurrirá con la armonía; aprender a tocar una tríada o una secuencia de ellas, resuelve la duda momentánea, pero sin conocer el “cuadro completo”, pues será insuficiente y llegaremos hasta allí.
Eso que llamamos lagunas o vacíos en el aprendizaje, se tendrán que cubrir tarde o temprano, y podríamos perder las ganas y el incentivo con el que comenzamos al principio.
Hay escuelas muy buenas que implementan este método, sobre todo en niños pequeños.
Ahora bien, cuando el niño quiere seguir sus estudios musicales y ya ha recorrido al menos un par, o tres o cuatro años dentro de este método, al pasar a la “hora de la verdad” aparece la ruleta rusa… no sabremos si claudica porque quiere continuar con su hábito de juegos, o ya está agotado y muchas veces confundido.
No tengo nada en contra de esta tendencia, pero sí hemos tenido muchos alumnos que vienen de allí y encontramos temas de falta de atención y concentración; no sólo en la música sino en su récord escolar.
He aquí todo un tema.
Quienes hemos pasado una vida entera estudiando no sólo un instrumento, sino todas las materias que lo complementan dentro y fuera de la música, hemos investigado día y noche sobre técnicas para mejorar la enseñanza, para hacerla más efectiva y permanentemente actualizada con los tiempos que vivimos, hemos generado programas y repertorios pianísticos a consciencia, posibles en dedos y para cada tipo de estudiante, según sus posibilidades corporales y emocionales, hemos acortado el tiempo de 1 año de estudios pianísticos a 6 meses, con una metodología muy bien organizada y planificada para ese tiempo, y nuestros alumnos han demostrado ser profesionales de primera línea, y seres muy completos, buscadores, dadores…
Por estas razones obvias, las clases de piano y todas sus materias complementarias, no pueden ser dadas sin ninguna contraprestación.
Es un tiempo y un compromiso de vida invertido día a día, y con muchas horas de trabajo e investigación.
Asimismo, trabajamos con el respaldo de una plataforma tecnológica que tiene detrás a programadores de informática, personal de soporte y administrativo, y mantenimiento constante de esta plataforma para poder prestar un servicio educativo de alto nivel.
Toda esta estructura está al servicio de aquellos quienes deciden estudiar piano con todo el apoyo que ofrecemos.
No; no puede ser gratis.
El propósito de todo esto es formar no sólo profesionales del futuro, sino seres conscientes y comprometidos para continuar la educación musical de las futuras generaciones.
Sigamos el viaje considerando lo que hay detrás de una clase de música…