Por generaciones, todas las escuelas pianísticas nos han dejado un legado, al igual que la historia de nuestro planeta, y parte de ese legado es lo que llamamos el mecanismo de articulación.
¿Sabemos en qué consiste?
Estas escuelas pianísticas han dictado cátedra sobre cómo articular los dedos para obtener un mayor rendimiento en el teclado, explicando detalladamente miles de posiciones ventajosas para desarrollar destrezas, y recomendando infinidad de ejercicios de estiramiento, previos al abordaje de un repertorio.
Hoy en día, como tenemos más autonomía y oportunidades para escoger una o varias actividades que nos gustan, podemos investigar abiertamente nuestro cuerpo de una manera más natural, libre y sincera, lo que nos permite a los pianistas respetar conscientemente la arquitectura de nuestras manos sin tantas trabas ni leyes preconcebidas.
Si en algún momento de nuestras vidas hacemos danza, aprendemos danza en cualquiera de sus estilos, o ballet, podemos conectarnos con nuestras manos y dedos de tal manera que descubrimos claramente toda esta arquitectura maravillosa y todo su potencial.
Así pues, estudiando nuestra arquitectura desde el punto de vista de la biología… músculos, tendones, huesos, articulaciones… nos damos cuenta de que nuestras manos están hechas para manipular absolutamente cualquier cosa.
El problema comienza cuando las colocamos sobre un teclado: cómo desarrollar la máxima velocidad, cómo independizar los dedos, nuestros 4tos dedos son débiles, nuestros 5tos dedos son rebeldes porque se levantan y no obedecen órdenes, nuestros pulgares pesan demasiado, los únicos responsables y juiciosos son nuestros 2dos y 3ros dedos, quienes mantienen el orden y la compostura.
Por una parte, nuestras manos y dedos son una prolongación natural de nuestros brazos, de todo nuestro cuerpo, y tienen una capacidad expresiva y una independencia asombrosa y absoluta… son totalmente independientes, si nos conectamos con esta idea.
Sólo los músculos del 4to dedo están ubicados ligeramente por debajo de los 3ros y 5tos, lo cual no quiere decir que el pobre sea inútil… sólo que debemos tomar consciencia de esto y trabajarlo con mucho cariño y atención.
Si estiramos cuando los músculos están en reposo (antes de sentarnos a tocar), es muy probable que los tendones se declaren en huelga!
Si adoptamos una posición extraña a la morfología natural de manos y dedos (arcos abiertos y dedos acostados o levantados fuera del ámbito natural de su arquitectura), es muy probable que los tendones se declaren en huelga!
Si no “calentamos” dedos (es decir dedos mas manos mas muñecas mas antebrazos mas brazos mas hombros mas cuello mas columna vertebral, etc, etc, etc), en arco cerrado, redondo, relajado, y respetando la forma que adoptan nuestras manos al caminar (observémonos), es muy probable que los tendones se declaren en huelga!
Si nuestras muñecas se mantienen por encima de la mano, por debajo de la mano, dibujan movimientos circulares durante la articulación de los dedos, y no logran su posición natural y relajada en un ángulo de 90°, comienza una tensión y un estiramiento que producirá que los tendones se declaren en huelga!
¿Qué pasa si experimentamos articular nuestros dedos a partir de los nudillos? ¿Desde los nudillos? En arco cerrado y permitiendo que se expresen naturalmente? Sin forzar nada y centrarnos en permanecer relajados, brazos en ángulo de 90° y dejando fluir nuestras capacidades naturales y trabajando con nuestro peso natural, para conocerlo?
Por otra parte, cuando vamos a trabajar una obra, un repertorio, debemos entrar en un proceso casi obligado que nos llamará a “observar, escuchar, aprender, traducir y comunicar” a través de una conexión y una profunda revisión de los recursos con los que contamos, que nos permitan llegar a este mecanismo de articulación del cual disponemos, para que pueda evolucionar y desarrollarse sabiamente y no lanzarlo a un viaje sin retorno si seguimos las reglas de siempre sin cuestionarlas… observar qué necesitamos adquirir escuchar qué sucede y por qué a nivel de dedos no fluye una frase, traducir y comunicar dónde está el nudo gordiano que no nos permite avanzar técnicamente, en pesos o sonoridades, y “buscar la solución” para destrancar el juego.
Tan sólo es cuestión de aprender estos últimos aspectos en nosotros y buscar sabiamente en nuestro espacio interior para comenzar a trabajar nuestros dedos y el resto de nuestro equipo… es uno sólo y podemos acceder a él si nos lo proponemos, así que sigamos en este valioso viaje de búsquedas…