Tomar notas… Esto no es muy usual y muchas veces se considera inútil, innecesario. Sin embargo, cuán importante es registrar “por escrito” nuestras experiencias no sólo durante nuestro tiempo de estudio con nuestro instrumento, sino con el resto de nuestras actividades del día.
Registrar nuestros pensamientos, logros y miedos, errores y detalles que debemos mejorar, aquello que necesitamos agregar y esas partes de todo lo que tenemos en nuestras manos para el momento en que debamos enfocar nuestra concentración para solucionar y avanzar; escribiendo descubrimos que esos mega proyectos que parecen inalcanzables, los podemos convertir en pequeñas metas, cortas e inmediatas como por ejemplo, corregir la base de lectura de la primera página de una Invención de Bach, o memorizar la primera parte del primer movimiento de una sonata de Mozart, o leernos 10 páginas diarias de este nuevo libro y mientras voy anotando las ideas o frases con las que me conecto, que a su vez me generan nuevas ideas y me ayudan a visualizar nuevos proyectos.
Si no lo escribimos… se lo lleva el viento. ¡Así es! Se pierde, y cuando regresamos a nuestro estudio probablemente lo repetiremos de la misma manera y caeremos en los mismos errores. Así nuestro avance se hará muy pesado y se prolongará indefinidamente, hasta que claudiquemos o lo dejemos. ¡Espero que no!
En cambio, si adoptamos el maravilloso hábito de registrar por escrito a manera de “Diario”, todo lo que vamos estudiando con sus detalles y dificultades, obra por obra, comenzando desde las escalas y arpegios, apuntando dónde nos equivocamos y por qué, qué errores estamos cometiendo una y otra vez, o aquello que tenemos ya en dedos y lo que nos queda pendiente, y no sólo eso; si escribimos nuestros pensamientos, ideas, esas que se nos ocurren y son más descabelladas unas que otras, esos pensamientos desordenados que van y vienen y no nos permiten enfocarnos en nuestras actividades… De allí nacen grandes ideas y proyectos, sip.
Escribir todos los días, entre otras miles de ventajas, nos permite activar esa parte de nuestro cerebro que nos aporta nuevas ideas y soluciones, así como organizar mucho mejor el tiempo que le dedicamos a una u otra actividad, desechando aquella que nos limita y aprovechando nuestro foco en la que realmente nos interesa y nos hace felices. De esta manera fluirá más fácilmente ese talento oculto que duerme dentro de nosotros?
Es una oportunidad que todos tenemos a la mano, y no podemos desperdiciarla, así que comencemos a registrar nuestro día a día y sigamos este magnífico viaje.