En primer lugar, hacemos empatía con nuestros estudiantes, analizamos sus posibilidades, dibujamos un “mapa” que contiene todo un material que abarca una parte técnica que se convertirá en entrenamiento para desarrollar sus destrezas, y obras que complementan el nivel en el que vamos a trabajar.
Esto se transforma en un experimento que va a incidir sobre muchas vivencias, y estas nos llevarán a una nueva forma de concebir la música y la vida… más verdadera y completa, más simple, más efectiva…
Ahora bien, cabe preguntarnos si nuestros objetivos y alcances con respecto al programa de piano que estamos trabajando, están claros para el momento en el que lo dibujamos.
Uno de los primeros pasos que seguimos es tomar en cuenta la importancia de planificar conscientemente tanto el entrenamiento como el repertorio, acordes con el propósito de continuar desarrollando las destrezas técnicas que el estudiante ha adquirido para ese tiempo.
Por otra parte, no sólo consideramos estas destrezas, sino que nos abocamos a investigar dentro del vasto mundo de obras que se han escrito para piano y a través de la historia, aquellas que justo ahora van a complementar cada “archivo”, cada concepción de lo que es un programa de piano para el nivel que vamos a trabajar.
Cómo escoger? Bajo qué parámetros?… cuáles de todas las obras son las que realmente necesitamos para lograr los objetivos y el avance, a nivel no sólo técnico sino interpretativo?
En el ejercicio de hacer empatía cuando vamos a enseñar, concentrémonos en que estudiamos con un propósito final para no diluirnos en el tiempo. Cuál es este propósito? Lo tenemos claro?
Conversemos sobre esto.
Cuando lleguemos a ese final del camino y veamos todo lo que recorrimos y compartimos, todo lo que pasó por nuestras manos, qué sigue? (pregunto).
Mientras tanto vamos aprendiendo partiendo de nuestras raíces musicales, fundadas en los periodos en los que hemos dividido la historia del arte; académicamente tocamos barroco, renacimiento, clasicismo, neo, romanticismo, impresionismo, nacionalismo, siglos XX y XXI…
Abordar cada programa es investigar a fondo y canalizar cada par de manos, cada cabeza, sumergirnos dentro de nuestra maravillosa diversidad y hacer empatía con el otro… qué espera, qué quiere hacer con todo este aprendizaje.
Es un recorrido que nos abre las puertas al cambio de paradigmas y a la transmutación, a organizar lo conocido, nuestras raíces musicales, de mil maneras para mantenerlo vigente día a día, y así poder seguir este viaje con nuevos horizontes…
Sigamos el viaje!