Uno de nuestros lectores escribió una pregunta muy interesante, sobre si Claudio Arrau o Glenn Gould eran buenos bailarines.
La documentación sobre la danza y su efecto sobre los pianistas no es muy abundante, pero por suerte, quienes han escrito sobre este tema, han experimentado la necesidad de estudiar las técnicas del ballet y la danza contemporánea, entre ellos yo, para aliviar y luego evitar molestias que, finalmente pueden convertirse en males mayores y crónicos.
La llamada “Colocación Postural”, es lo que llamamos en danza contemporánea, el acoplar, preparar y entrenar nuestro cuerpo físico para que pueda ejercer en su máximo potencial y sin dolencias, todo aquello a lo que lo sometemos de una u otra manera.
Quiero compartir parcialmente, el contenido de la magistral tesis doctoral de María Rosa Ciurana Moñino, que llama “Aspectos físicos y psicológicos del músico pianista”. Es una obra de profundo análisis, y expone, en base a trabajos de campo, investigaciones y mediciones en pianistas que presentan diversas dolencias físicas y psicológicas, ya sea por exceso de trabajo, por tensión al tocar en público, o por errónea “colocación postural”.
Esta tesis es de libre acceso en internet.
María Rosa Ciurana analiza los posibles efectos secundarios que pueden aparecer en el músico pianista (o en otro instrumentista); por una parte, si este carece de una estabilidad emocional sólida, y por otra, si este adopta una posición errónea y recurrente al trabajar con su instrumento. Sin descartar el primer aspecto, nuestro punto focal es el segundo: ignorar una correcta colocación postural y consciente.
He aquí una parte del contenido de su investigación:
Tesis Doctoral, Universidad de Alicante, Facultad de Ciencias de la Salud.
Febrero 2016.
María Rosa Ciurana Moñino.
Dirigida por los Drs. D. Luis CIBANAL JUAN y Dª. Mª Dolores GARCÍA MANZANARES
“… Planteamiento y justificación de la investigación.
El pianista, durante su época de estudio y después como profesional, tiene una serie de condicionantes como son, por ejemplo, una actividad muscular intensa, centrada sobre todo en los brazos y la espalda debido a un entrenamiento continuo; o una exhaustiva actividad emocional unida a la interpretación en público, como la transmisión de sensaciones, personajes, ideas o sentimientos.
Este tipo de condicionantes repercuten en la salud y, con mucha frecuencia, llevan a la persona a un estado físico y psicológico insano y problemático…”
“… Son muchos los músicos pianistas que han desarrollado enfermedades físicas y mentales de gran envergadura, las cuales les han incapacitado para ejercer bien como concertistas o bien en el campo de la enseñanza.
Sirva como referencia R.Schumann, quien tuvo que abandonar la interpretación por una afectación en su extremidad superior, derivada de un exceso de ensayos (Orozco y Solé, 1996)…”
“… Al igual que el deportista, el pianista somete varias partes del cuerpo a un continuo entrenamiento.
El aparato músculo-esquelético realiza una actividad que implica la repetición de movimientos con una cierta intensidad y durante muchas horas de estudio.
Si estas partes del cuerpo no son preparadas para dicha actividad, terminan generando tensión, dolor y, finalmente, lesiones muy difíciles de curar…”
“… tenemos la hipótesis, la suposición de la que parto tras un observación continuada del problema, suposición que en este caso hemos evidenciado a través de nuestra propia experiencia y la de nuestro entorno a lo largo de muchos años de docencia.
Existe una carencia de formación y asesoramiento en temas referidos a educación postural y psicoemocional en el ámbito de los conservatorios de música.
La falta de preparación en el cuidado de las estructuras anatómicas que entran en juego en la actividad del pianista, así como de los aspectos psico-emocionales que ha de vivir como consecuencia de su actividad artística, deriva en múltiples problemas, originando lesiones tanto físicas como mentales.
La utilidad de este estudio consiste principalmente en tratar de aportar soluciones en el ámbito de la enseñanza…”
“… Fishbein, Middlestadt y Ottati (1988), realizan un estudio con 2.212 instrumentistas de música clásica ofreciendo resultados bastante reveladores sobre la prevalencia de problemas físicos con altos porcentajes en dolencias como: dolores en la parte inferior de la espalda(22%), dolores de cuello(22%), dolores de hombros (20%), parte superior de la espalda (16%), y dolores de cabeza intensos (10%), revelando que el 76% de los músicos padecía algún problema de salud que afectaba o interfería con su interpretación…”
Conociendo esto en detalle, y para evitar estas molestias que muy probablemente se traducirán en enfermedades crónicas y hasta incurables, es fundamental desde el inicio de los estudios de un instrumento, sobre todo el piano, comenzar una rutina de movimientos corporales sostenida en el tiempo.
A través de la danza, todos los músculos entran en una conexión armónica y completa, y concientizan la importancia de mantener un equilibrio constante en todos los movimientos que desempeñamos a diario y a lo largo de nuestras vidas.
Sea la danza u otra disciplina que nos genere un movimiento corporal completo, si dedicamos nuestra vida a la ejecución de un instrumento, debemos “conectar nuestra cabeza con nuestro cuerpo” a través del movimiento.
Y sip; podemos llegar a ser excelentes bailarines y músicos al mismo tiempo.
Vivimos en un siglo en el que todo es posible, y todas las búsquedas son válidas!
Sigamos viajando y aceptando nuevos aprendizajes…