“Sentarse” en el piano y tocar no es suficiente. ¿Por qué no? ¡Si solamente se mueven los dedos y el resto del cuerpo no tiene importancia!
Cuando comenzamos a estudiar de cuatro a diez y doce horas diarias en el piano, nuestro cuerpo nos va pasando factura poco a poco, hasta que esas dolencias que crecen y crecen cobran vida independientemente de nuestra voluntad, hasta que llegan a paralizarnos y es entonces cuando nuestro médico nos indica que hemos adoptado una “mala postura”. Esto puede llegar a convertirse en una dolencia crónica pues no somos conscientes, o no nos enseñan que somos más frágiles de lo que pensamos, y que conectarnos con nuestro cuerpo físico “también” es importante; es necesario y no sólo para tocar un instrumento sino para cualquier actividad que hagamos.
Nuestros primeros pasos en el aprendizaje del piano son cruciales para el resto de los años que vamos a permanecer en este oficio, y uno de los detalles que no debemos dejar pasar es lo que llamamos Colocación Postural.
¿Qué es esto?
Es aprender a adoptar una posición tal, que todo nuestro cuerpo físico se acople al trabajo que le toca hacer en el teclado, es decir, estar atentos en mantener un ángulo de 90° en el sistema de hombros-brazos-muñecas-manos, articular respetando el arco natural de los dedos, que es redondo y con dedos en punta, no acostados, con muñecas en ángulo recto con respecto a los brazos, y no más arriba o más abajo o… haciendo círculos “para expresar mejor los sonidos” (suele suceder), y nuestra pobre columna que soporta toda la tensión y el peso de nuestras angustias, debilidades y miedos, debe estar muy derecha, erguida, tal y como ella fue diseñada, como un pilar, un soporte y un centro tecnológico de múltiples operaciones!
Si falla nuestra columna, nuestro pilar sobre el cual nos apoyamos, necesitaremos bastantes paños de lágrimas durante un buen tiempo… sip.
Igualmente cuando vamos a estudiar una obra, tomémonos el tiempo necesario para conectarnos con ella; no nos apresuremos porque en realidad nadie nos está esperando, a menos que tengamos un recital en pocos días y si es el caso lo mejor es escoger otra obra que ya tengamos en dedos y completa.
El hecho de “correr y correr” cuando estudiamos todas las obras que tocamos, sólo nos dejará un gran cansancio y un cuerpo maltrecho, una breve, incompleta e incorrecta memoria llena de errores, y una hermosa experiencia de haber interpretado a “Speedy González” recorriendo a altas temperaturas (altas velocidades) el teclado de arriba a abajo.
¿Hacer música y aprender música de esta manera? Nop. La música se va decantando poco a poco y la técnica pianística también; se va adquiriendo paulatinamente y con sabiduría; no volando como superman sobre el teclado.
Así pues, si queremos estudiar rápido y lograr objetivos a corto plazo… no es por aquí.
Podemos continuar viajando