En realidad ninguno de nosotros sabemos con certeza sobre lo que habrá de suceder al día siguiente… mañana. Tampoco se trata de vivir sólo en el presente por aquel dicho que reza que “no sabemos ni el día ni la hora”.
Sobre todo en estos momentos, debemos proyectarnos hacia el futuro, venga como venga, y aprovechar cada minuto que tenemos para eliminar esa malas monedas que hemos depositado en nuestro banco de memorias.
Una de estas malas monedas es la que tiene las siguientes improntas: “No tengo lo necesario para hacer lo que deseo”, “ahora no es el momento, ya vendrán tiempos mejores”, “necesito tener seguridad que que va a funcionar para mí y por eso debo esperar una mejor oportunidad”, “ mejor me lo pienso primero”.
Pues si todo esto lo atesoramos en este banco de memorias que guardamos celosamente, pasaremos esperando por el resto que nos queda de vida porque nunca veremos el momento adecuado para hacer nada, para emprender nada, para arriesgarnos a nada…
Si por un momento miramos hacia adentro y encontramos que tal o cual actividad nos haría felices y plenos todos los días, y tenemos grandes deseos de aprender, no podemos seguir en nuestra zona de confort esperando a que lleguen las condiciones ideales para comenzar pues esto nunca va a suceder; es como continuar viajando por la vida sin un mapa, sin un plan, como flotando a la deriva sin saber exactamente qué camino se está transitando y hacia dónde nos lleva. Aquí cabe preguntarnos… “¿Por qué no?” “¿Qué pasa si?”
Muy probablemente nuestra mente, equipo tecnológico altamente prodigioso con el que contamos aunque no lo sepamos, comenzará a producir vías, caminos, posibles soluciones y sincronicidades para lograr esa meta y ese deseo que sentimos, pero sí y sólo sí sucede algo dentro de nosotros que se llama “activarnos”, “ponernos en movimiento” sin pensar en el no puedo o no tengo lo suficiente o es imposible para mí.
Otro gran espectro que se aloja en el banco de memorias es la edad: “ya no tengo edad para comenzar algo nuevo”, “mi mente ya no funciona como antes y sería muy difícil aprender con éxito esto que deseo”, y así seguimos amurallando nuestra vida. La edad es sólo un estado de ánimo y una disposición para seguir la vida, nada más.
El momento para estudiar piano, historia, guitarra, violín, danza, pintura, jardinería, manualidades y tantas otras maravillas creadas en el mundo y que están a nuestra disposición a cualquier día y hora, es ahora, es ahora!
Si nos ponemos en movimiento para conseguir los medios de obtener los resultados que deseamos, la “rueda de la fortuna” hará lo suyo; cambiará el rumbo de la inercia y el pesimismo y lo convertirá en recursos que irán apareciendo poco a poco y se irán acoplando para darle forma a aquello que deseamos ser y hacer.
Sólo se trata de estar atentos, cambiar nuestro chip, comenzar a movernos, a gestar ideas que puedan ser productivas y generadoras a su vez de ideas cada vez mejores. Tenemos a nuestro favor la web. Tenemos a nuestro favor información que antes era, o imposible, o posible a mediano y largo plazo.
En nuestro entorno tenemos todo al alcance de nuestras manos y no lo sabemos. Así que empecemos a buscar, sigamos este maravilloso viaje…