En los últimos años se han hecho innumerables estudios sobre la influencia que ejerce la música sobre todos los seres vivos, sobre cómo podemos ganar y perder oportunidades creativas y de desarrollo personal si auditivamente ejercemos nuestras actividades acompañados de uno u otro estilo de música…
Todos o casi todos la escuchamos cuando trabajamos, porque nos gusta, porque nos alivia nuestras tareas cotidianas, porque nos aparta de nuestros dolores o los suaviza; sin embargo, esta influencia es muy sutil, íntima y a la vez poderosa, pues se va colando imperceptiblemente hasta anclarse y orientar la energía de cada una de nuestras emociones, y hasta formas de concebir nuestras vidas.
Es precisamente lo que llevó a experimentar sobre todo con grupos de profesionales en áreas como agencias de marketing y comunicación, por el ingrediente creativo que marca a estas actividades.
Consistía en colocar un fondo musical con determinadas características en los espacios de trabajo presenciales, es decir, música “alegre” (Vivaldi), triste o melancólica (Samuel Barber), densa (Gustav Holst), abrumadora (Nícolo Paganini), y experimentando también con silencio absoluto, es decir, sin inducción sonora, para determinar qué calidad de emociones o reacciones se manifiestan en el transcurso de las actividades creativas en estas áreas, y cuáles son los resultados y rendimiento laboral obtenidos al finalizar estos ejercicios.
Las obras escogidas han sido validadas y analizadas en detalle para producir un estado de ánimo específico, y con todo esto se profundiza más en el estudio del proceso productivo de lo que conocemos como nuestro cerebros divergente y convergente.
El primero es el que utilizamos para hacer conexiones entre informaciones distintas de tal manera que nos induce a salirnos de nuestros patrones establecidos y predecibles, nos hace reflexionar sin filtros, nos lanza a lo desconocido y por tanto, saliendo de nuestra zona de confort, creamos nuevas y originales alternativas y propuestas.
El segundo es el que nos induce a filtrar la información que recibimos a partir de lo conocido, de lo que nos es familiar y esperable, y aquí no se ha detectado un efecto mayor. Todavía está sometido a experimentación, a ensayo y error.
Lo que sí se sigue experimentando, y lo podemos hacer cada uno de nosotros en cualquier momento, es el efecto que producen ciertas obras musicales en nuestro día a día; nos hacen fluir y enriquecer nuestros procesos creativos, o nos bloqueamos y perdemos la concentración, y hasta comenzamos a sentirnos tristes, apáticos, desmotivados… violentos.
Siendo conscientes de que se trata todavía de un ensayo y error, podemos observar nuestras reacciones cada vez y aclarar con qué tipo de sonidos somos más creativos y productivos, y con qué tipo de actividades encaja mejor la obra musical que escogimos.
Hay un punto de inflexión, a saber, el alto volumen y las estridencias; distorsionan progresivamente nuestras capacidades creativas y de generación de contenido, y terminamos bloqueados y perdiendo nuestra calma y centro.
Sonidos de fondo adecuados y armónicos con cada uno de nosotros reducen el impacto de ruidos o imprevistos externos, pues nos sumergen en un estado calmado, creativo, productivo y centrado, con una mínima posibilidad de distracción, y de esta manera podremos mantener la concentración por más tiempo, además de que abriremos puertas insospechadas a nuevas ideas o propuestas originales, que podrán ser muy útiles para todos.
En nuestro caso, como artesanos de los sonidos, también debemos buscar aquellas obras que nos conduzcan a nuestro punto de equilibrio, nos ayuden a desarrollar nuestra capacidad creativa y expresiva, nos lleven a comprender mejor todo el legado musical que tenemos entre manos.
No perdemos nada con intentarlo… escojamos un momento del día cuando no estemos trabajando en nuestro instrumento, y coloquemos una de nuestras obras favoritas, tomamos una respiración profunda, cerramos los ojos, o bien trabajamos en lo nuestro, y experimentamos.
Siempre es bueno registrar estos ejercicios por escrito, para releer después y evaluar si ganamos o perdimos con la música, entre otras cosas.
Sigamos este viaje de aprendizaje…