¿Qué significa que un programa de piano o de otro instrumento no tenga balance, equilibrio?
Cuando lo examinamos desde su parte técnica hasta la que corresponde a las obras contemporáneas y observamos que no existe una línea coherente desde el principio hasta el final… faltan obras que complementan y logran que funcione ese programa como un equipo, o entre esas obras no hay uniformidad, es decir, entre una y otra hay diferencias desde el punto de vista técnico o interpretativo, y el estudiante manifiesta esos vacíos o desniveles cuando toca su programa.
En estos casos, debemos hacer un “programa híbrido”, un conjunto de estudios técnicos y obras que cubran estas fallas; toma algún tiempo pero es posible enmendar estos desbalances.
Generalmente observamos esto en la parte técnica, la que llamamos entrenamiento… a partir de las escalas y arpegios hasta JSBach.
Esta parte de un programa es crucial para pasar de un nivel de estudios al siguiente, y no puede saltarse una parte sin que lamentablemente se corrija después, o se detengan los estudios por el tiempo que tome nivelar y ensamblar otro programa de piano más acorde y “sanador” en estos casos.
Es por esto que planificar un programa de piano para alguien requiere que hagamos empatía con el otro, conectarse con sus necesidades, su personalidad, sus niveles emotivos y sensoriales, sus dolencias y fortalezas, y para eso es necesario entablar una “conversación observadora” que nos pueda ilustrar el camino por donde podemos comenzar a transitar…
¿Difícil? Pues si amamos la música y la asumimos como modo de vida, en realidad es un placer abrir esos caminos para ver florecer al otro, para verlo desarrollarse y conectarse con lo que toca, y hacer que se convierta en un buscador y pueda balancear sus procesos y su trabajo como artesano de sonidos.
Sigamos pues este maravilloso viaje de búsquedas…