En estos momentos tan particulares, ya hemos transitado un largo trecho en nuestras vidas, y ahora se nos presenta la oportunidad de reinventarnos y redibujarnos desde los cimientos… una vez más!
Observemos y analicemos cómo hemos venido trabajando técnicamente y cómo nuestro proceso sonoro, interpretativo, ha evolucionado, y entonces la gran pregunta del momento será… ¿Qué nos falta para seguir avanzando en nuestro instrumento?
Un elemento fundamental que no debemos pasar por alto, es saber que la formación de un pianista u otro instrumentista no sólo se basa en la práctica diaria y el estudio de las obras que se han escrito y se escriben para el instrumento; esto no será suficiente.
Especialmente ahora tenemos toda una vasta información a nuestra disposición, por lo cual no debemos obviar que, en cuanto a ejecución y repertorio, podemos lograr un alto nivel como artesanos de sonidos que somos.
El caso es que nos ha llegado la hora de abrir otras puertas: las de la historia; la historia del hombre como ser creativo y buscador, la historia de la música que va unida inevitablemente a todas las formas artísticas que nos llevan a comprender hasta más allá de la naturaleza que nos rodea.
Si nos limitamos a sentarnos en el piano, en nuestro caso, y logramos en dedos una, dos, ocho obras musicales, sin tener conocimiento del contexto histórico, artístico y humano en el que fueron creadas… está bien. Aceptable. Pero, ¿ y si no nos conformamos con esto y comenzamos a buscar lo que sucedió antes, durante y después de esos momentos creativos?
Por ejemplo, sabíamos que entre Wagner y Nietzsche hubo durante muchos años una relación de amor-odio? ¿Y cómo trascendió en ambos esta intensidad de emociones, y cómo influye esto en el vasto mundo del arte? Sabíamos que Beethoven escuchaba dentro de sí absolutamente todo lo que componía? ¿Y que tuvo una gran amistad con Goethe? Estudiamos a Chopin pero, ¿sabemos que dentro de su terrible enfermedad veía espectros mientras escribía sus maravillosos preludios?¿Y cómo nos afecta a quienes estudiamos esos preludios?
Todo tiene vasos comunicantes, y estamos en el momento de investigar y transformar cada obra que tocamos en otra de mayor valor y profundidad… que nos haga crecer y comprender lo que estamos haciendo, como lo hicieron estos grandes en su tiempo.
Con toda seguridad, seremos otros pianistas. Más elevados y abiertos a no dejar que la vida, a la que valoramos tanto ahora, continúe pasando por encima de nosotros; hagamos entonces que nuestros pasos puedan trascender en tiempo y espacio.
Seamos buscadores y sigamos este nuevo viaje…