Sé que muchos pensarán que es una locura, pero todo es posible, todo… y ahora la gran pregunta: “¿Qué debo hacer para lograrlo?”
El primer paso es tomar la decisión sinceramente, y estar dispuestos a levantarnos cuando caemos y sobrepasar el contra intento que nos arrastre a la inercia, a quedar paralizados, a renunciar; eso ocurrirá una y mil veces, y hay que saberlo de antemano. ¿Fácil? Jamás, pero posible claro que sí!
Es muy importante fijarse metas, a corto, mediano y largo plazo, así como preparar programas de piano muy exactos que cubran todos los requerimientos técnicos y a nivel de obras correspondientes a cada periodo de la historia de la Música, desde el Barroco hasta nuestros días.
Planificación consciente y organización muy medida del tiempo para prepararnos y empezar a trabajar.
Nuestro cuerpo, nuestras manos y dedos, nuestro disco duro y todo lo demás que nos acompaña, responderán a toda la información que le administremos, que deberá ser muy bien planificada en ese tiempo que vamos a entregar de nuestras vidas.
Pensemos que si realmente lo deseamos, nuestras posibilidades y disposición harán su trabajo eficiente y efectivo. Todo para cumplir nuestra meta de hacerlo posible.
¿Cometeremos errores? Sip. Y miles. Nos agotaremos, y además sentiremos una y otra vez que fue un gran error embarcarnos en esta loca odisea.
Pero cuando vayamos superando lo difícil, sea lo que sea, y veamos que nuestras destrezas van depurándose y evolucionando, vamos a sentirnos muy agradecidos por esta experiencia, y al final guiaremos a otros muchos en este maravilloso mundo de la música.
Otra pregunta: ¿ En cuánto tiempo menos lo logro?
¿6 meses cada programa? Es perfectamente posible.
Sólo que hay que dedicarse día a día, estudiando mucho y escribiendo mucho, como si estuviéramos haciendo una bitácora de vuelo, un diario, que será de gran valor para nosotros pues es esta parte de la experiencia de vida que estamos creando la que vamos a registrar en nuestras notas diarias… y así daremos testimonio a quienes vamos a servir en el futuro, y a quienes van a beneficiarse de nuestro esfuerzo.
Esta es la idea; “no sólo para mí, sino para todos”!
¿Aprendo para que aprendas? Claro que sí!
Pues sigamos este viaje…