Estudiamos las Escalas y los Arpegios por forma homónima. ¿Por qué?

Esto no es lo usual, pues siempre se trabajan según su modo Mayor acompañado de su relativo menor armónico y melódico.

Sin embargo, aprovechamos mucho mejor la versión homónima, pues una vez que asimilamos y procesamos la estructura de las armaduras de clave, mantendremos las mismas digitaciones sobre las escalas; tan sólo cambiaremos sus armaduras; al igual que, podremos aprovechar las enharmonías (Reb M/Do# m), para facilitar y unificar esta parte de la técnica.

De esta manera el entrenamiento cumplirá varias funciones; haremos más fluido el mecanismo de articulación, y cubrimos más efectivamente todas las tonalidades, sobre todo si estamos en un nivel de iniciación o intermedio, en el estudio de nuestro instrumento.

En el caso de los Arpegios, modificamos su digitación para adaptarlos a la forma homónima con el fin de no hacer pausas o rupturas, cada vez que colocamos los dedos que corresponden a cada uno. Utilizamos una “digitación genérica” para todos ellos, ¿con qué propósito?

No moriremos; no iremos al paredón si lo hacemos. Lo trabajamos así solamente para ir abriendo el arco natural de los dedos, manteniendo una continuidad. 

No perdemos el tiempo haciendo este ejercicio. 

Con el estudio de las escalas por forma homónima nos damos la oportunidad  de comenzar el training de los dedos en su posición natural, en arcos cerrados, desarrollando pesos más iguales y más conscientes, dándonos la oportunidad de observar con detenimiento y no mecánicamente, e impidiendo así que cualquier movimiento extraño se produzca cuando recién nos sentamos a estudiar.

Nunca sabemos en qué nanosegundo, uno de estos giros puede ocasionar después un sinsabor…

¿Cuánto tiempo nos toma “calentar” los dedos en esta forma? ¿No más de cinco minutos? 

Sabemos que en el tema de los arpegios se incluyen sus inversiones y movimientos contrario y mixto, y en el de las escalas se trabajan también en intervalos de terceras, sextas y décimas, considerando el nivel de estudio que se tiene, pero el fundamento y la utilidad de este primer planteamiento consiste en que, por un lado, se abarca todo lo que es este punto importante de la formación pianística, ya sea como parte de un programa o como entrenamiento, y de una manera precisa y en un sólo efecto.

No necesitamos largos períodos de aprendizaje para cubrir estos rubros, que serán de mucha utilidad cuando estudiamos otros temas más avanzados.

Así pues, a través de este pequeño entrenamiento, vamos concentrando y facilitando el estudio de escalas y arpegios, que puede resultar muy tedioso y muy continuado a través de los primeros años de la formación.

Y seguimos en este viaje…